En los últimos cuatro días de clases, hubo tres amenazas de bomba en el CET 9

El turno tarde del “viejo” industrial en Cipolletti vio alterado su rutina escolar en la jornada de hoy, cuando tras una amenaza de bomba se procedió a la evacuación de las instalaciones educativas, ubicadas en calle Mengelle. Por fortuna fue otra falsa alarma, sin embargo, lo alarmante es lo que viene ocurriendo desde la semana pasada.

El jueves pasado, 2 de mayo, el protocolo de actuación para este tipo de situaciones se activó para Bomberos, Protección Civil, Policía y la comunidad educativa del CET 9, alrededor de las 10.40.

En ese momento, además de asistir hasta el lugar las instituciones mencionadas hasta el edificio de calle Mengelle 1780, directivos y docentes iniciaron el protocolo de evacuación de más de 100 estudiantes que estaban cursando en el turno mañana.

Tras la tarea de inspección del área de explosivos de Bomberos, se comprobó que era falsa la amenaza y la comunidad educativa volvió a sus actividades.

Al día siguiente, viernes 3 de mayo, alrededor de las 10.15 en el establecimiento de nivel medio hubo una nueva amenaza. Por segundo día consecutivo, Bomberos, Policía, Protección Civil concurrió al lugar. Se evacuaron a los estudiantes y se repitió la labor de Bomberos. Fue otra falsa amenaza.

Hoy, 14.35, el colegio industrial activó el protocolo de actuación ante un nuevo aviso de bomba en el edificio escolar. En cuatro días de clases consecutivos, es la tercera vez que se evacua el establecimiento y asisten el personal de las instituciones mencionadas. Por fortuna, no pasó nada.

Sin embargo, para las autoridades es preocupante lo que está ocurriendo porque, evidentemente, se trata de “humoradas”, de muy mal gusto, o bien de desesperados intentos de evitar alguna situación pedagógica.

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Lo que no se contempla es el riesgo que corren todos aquellos involucrados: evacuar a los alumnos y docentes los lleva a exponerlos a los riesgos que hay en la calle; el traslado de policías, bomberos y de los integrantes de Protección en condiciones de emergencia (esto significa hacerlo en el menor tiempo posible, recorriendo a una velocidad importante para llegar lo antes posible) también los pone en peligro de algún tipo de siniestro en la recorrida hasta el lugar.

Se suman además el hecho que mientras están atendiendo estas falsas amenazas se podría estar descuidando otro tipo de situaciones, que quizás sí afecten la vida y propiedad de otras personas.

A todo lo expuesto, se le debe agregar la cuestión económica y las pérdidas que generan estos “chistes de mal gusto”, el movimiento de los vehículos de cualquiera de las tres instituciones demanda un gasto considerable, dinero que aportan los contribuyentes.